jueves, 23 de abril de 2015

UNA ALTERNATIVA AL CONSUMO. EL SHOPLIFTING.

Este texto ha sido extraído de Days of War Nights of Love, que da una explicación alternativa de porque hay gente que se lleva cosas de los supermercados sin pagar, o sea, robando.

Por qué amo el shoplifting de grandes corporaciones. 

 Nada es comparable a la sensación de euforia, de librarse de las cargas y escapar de las restricciones, que siento al salir de una tienda de una gran corporación con sus productos en mis bolsillos. En un mundo donde todo tiene dueñx; donde se espera de mí que venda mi vida para conseguir el dinero justo para pagar lo mínimo que necesito para vivir; donde estoy rodeadx de fuerzas más allá de mi control o compresión que obviamente no contemplan ni mis necesidades de mi bienestar, esta es la manera de labrarme un trocito de mundo para mí mismx- para devolverle al mundo el efecto que tienen sobre mí.

Es una sensación enteramente distinta a la que siento cuando compro algo. Cuando pago por algo, estoy cerrando un trato comercial; estoy ofreciendo el dinero que he comprado con mi trabajo, mi tiempo y mi creatividad para un producto o servicio que la corporación no hubiera compartido conmigo en ninguna circunstancia. Es decir, tenemos una relación basada en la violencia; negociamos un trueque sin tener en cuenta el respeto mutuo, y sin embargo acorde a las fuerzas que podemos ejercer el/la unx sobre el/la otrx. Los supermercados saben que pueden cambiarme un euro por pan porque pasaré hambre si no lo compro;ellxs saben que no me pueden hacer pagar cuatro euros, porque lo compraré en otro sitio. Por tanto, nuestra interacción gira entorno a amenazas implícitas, no entorno a la estima, y me veo obligadx a dejar algo mío para conseguir algo suyo. Todo cambia cuando hago shoplifting. No sigo negociando con entidades inhumanas, sin rostro, que no les importa mi bienestar; en vez de eso, cojo lo que necesito sin perder nada a cambio.
        



                                                                       ...





























sábado, 4 de abril de 2015

Poema sobre la educación libertaria.

No queremos una convencional
ni una estatal,
queremos una libertaria
¡queremos poder pensar!
Ni pública ni privada,
que sea auto gestionada.

No queremos una educación 
en la que haya represión,
queremos una educación
donde no haya discriminación.

Donde no haya normas,
ni reglas que acatar,
donde el maestro sea nuestro amigo,
y no haya autoridad.

Donde nazcan revolucionarixs,
y no tristes funcionarixs.

Donde se diga la verdad,
de la puta realidad,
donde no se calle nada
porque hay libertad.

Donde no tengamos miedo,
y no nos puedan amenazar,
donde no haya exámenes 
absurdos que realizar.

Queremos escuelas revolucionarias
no escuelas que encadenen nuestras almas.

Dejarnos soñar con la ansiada libertad,
con una sociedad,
donde reine la igualdad.

No nos impongas
tu autoridad
No nos intentes
adoctrinar.

¡Maestro, escucha!
 queremos luchar,
para un buen futuro,
poder albergar.


¡Maestro, escucha!
no nos mandes más,
si tu quieres respeto,
no me oprimas más.

¡Maestro, escucha!
no me impongas más, 
normas absurdas,
que no ayudan a mejorar.